Cerca del pueblo de Salinas de Añana, en una preciosa hondonada en forma de anfiteatro, se hallan unas antiguas salinas que recogen las aguas de unos
manantiales de agua salada que, mediante canalillos se distribuye por las plataformas, donde se el agua se evapora dejando al descubierto
el rico mineral que se explota y se comercializa con notable éxito.
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