La Palma, declarada reserva de la biosfera por la Unesco, ofrece más que ninguna otra isla del archipiélago canario, una
auténtica experiencia de naturaleza inmaculada. Podemos disfrutar de los verdes bosques del norte, donde la exhuberante
vegetación forma un dosel tropical, de los paisajes desérticos del sur, donde los cráteres volcánicos y las extrañas
formaciones rocasas predominan sobre el paisaje, y de los grandiosos bosques de pinos del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.
El turismo de masas no acude a la "Isla Bonita" ya que no hay apenas playas por lo que la isla se conserva casi intacta y preciosa.
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